Evaluaciones regenerativas: en búsqueda de las preguntas correctas

En nuestra experiencia como consultora de evaluación, diseño y formulación de proyectos, hemos identificado un patrón común en muchas organizaciones: la falta de tiempo y recursos, la sobrecarga de trabajo y la escasez de manos para ejecutar las actividades. En este contexto es fácil caer en la inercia del "piloto automático", que le da prioridad a las urgencias diarias y deja poco espacio para la reflexión estratégica.

En Pole Pole, creemos que la evaluación no debería ser solo un trámite para cumplir con los donantes (aunque hoy en día es un requisito en la mayoría de las convocatorias). Más bien, la entendemos como una herramienta poderosa para mejorar la acción, fortalecer la conexión con el propósito organizacional y asegurar que cada intervención tenga un impacto real.

Porque, al final del día, trabajar por el cambio social sin cuestionarnos cómo lo hacemos y qué efectos estamos generando es como navegar sin brújula, con el agravante de que podría ser perjudicial o contraproducente para las comunidades o las poblaciones para quienes trabajamos. 

Regenerar empieza por preguntarse por qué

Si tuviéramos que resumir nuestro enfoque en una palabra, sería regeneración. Evaluamos no solo para medir resultados, sino para identificar lo que no está funcionando del todo bien y ayudar a las organizaciones a florecer, impulsando su capacidad de transformación social.

Es un enfoque de dentro hacia fuera, así que es necesario regenerarnos en lo interno para poder transformar en lo externo. 

Con el tiempo, hemos aprendido que todo comienza con hacerse las preguntas correctas. Evaluar no es necesariamente detenerse, sino reflexionar estratégicamente mientras seguimos avanzando.

Hace poco leímos un libro llamado Regenerative Cultures, de Daniel Christian Wahl, que resume con precisión lo que pensamos:

“Si nos lanzamos a la acción sin un cuestionamiento más profundo, es probable que tratemos los síntomas en lugar de las causas. Esto prolongará y profundizará la crisis en lugar de resolverla”.

Nada más cierto. En un mundo que cambia rápidamente y que sufre las consecuencias de un desarrollo desmedido, necesitamos organizaciones que no solo actúen, sino que también piensen, cuestionen y se regeneren constantemente. 

¿Qué preguntas hacerse? Esto dependerá del contexto de cada organización. Sin embargo, estamos convencidas de que lo fundamental es volver al origen: preguntarnos por el por qué de lo que hacemos, pensamos o sentimos. Con el “por qué” en la cabeza, es más fácil respondernos el “qué” y el “cómo”

Detrás del “por qué” están nuestras más profundas creencias, motivación (interna y externa)  nuestro sistemas de valores que guiarán nuestro comportamiento, como explica Wahl. Y lo más importante: es una oportunidad de reencuadrar los problemas y definir las limitaciones, para encontrar respuestas más innovadoras. 

En pocas palabras, el “por qué” ofrece un propósito, causa o creencia; el “cómo” expresa los valores que guían nuestras acciones y cómo pretendemos manifestar el propósito superior en acción; y el “qué” se refiere a los resultados de ambas acciones”, señala el autor alemán.

Ir paso a paso es fundamental. Este primer blog es una invitación a que las organizaciones se detengan a reflexionar durante los procesos evaluativos: ¿se están haciendo las preguntas correctas? ¿Qué cuestionamientos pueden ayudarnos a tomar mejores decisiones?

Daniel Christian Wahl sugiere que, además de preguntarnos “por qué”, exploremos otros enfoques, como el “¿y si…?”. El arte de cuestionar no solo nos permite desafiar suposiciones, sino también replantear lo que damos por sentado y abrirnos a nuevas posibilidades.

Una evaluación regenerativa va más allá de medir resultados. En gran medida, también busca generar inquietudes, fomentar espacios de reflexión, y fortalecer el diseño de las intervenciones para mejorar su eficacia y eficiencia.

Con la evaluación regenerativa se logra facilitar una coherencia entre lo que hacemos y nuestra esencia como organización, nuestro propósito más elevado por el cual algún día decidimos embarcarnos en esta aventura apasionante que es la transformación social. Solo así podemos asegurar impactos positivos y sostenibles para el bien común.

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